Narrárez, Mitone y Written, Lighteratura SA

A continuación la Carta Fundacional de la petit empresa (en vías de extinción)  Narrárez, Mitone y Written, Lighteratura SA”

       Perdón, señoras, señores, pero, ¿quién puede arrogarse, hoy, que hace una literatura profunda?* No hablamos solamente de estas melancólicas playas. Hablamos de los ingleses, de los norteamericanos, de los franceses... ¡Hasta de los suizos y de los caribeños!
     El asunto es sencillo: estamos ante un cataclismo de las normas, en una catástrofe terminal de todo aserto. Si alguien en medio del desastre escribe algo realmente profundo, nadie va a darse cuenta. Algunos lo advertirán  después, sin duda,  y sin menoscabo de sus inteligencias, pero no lo percibirán ahora. Es –como otras veces- tiempo de genios que mueren sin ser comprendidos; tiempo, acaso, de seres incomprendidos que ni siquiera son geniales: hombres que apenas aciertan una tecla o dos cuando nadie encuentra el piano, y que sólo la posteridad (que, como se sabe, nunca ha hecho nada por nosotros, como decía sabiamente el Oscar)  señalará con alguna justicia.
   Un lugar común, sí, lo sabemos, pero absolutamente real como tantos  lugares comunes. En medio del huracán de trescientos kilómetros  por hora o el terremoto nueve puntos en la escala de Richter, nadie percibe que la mujer que acaba de pasar volando junto a medio techo de tejas es una belleza deslumbrante. Quizás sí –oh, horror de la existencia, ay, injusticias de la vida terrenal- si es desdichadamente fea, o –aaarrgghh, las cosas siempre pueden ser peores- igual, igual  que todas las otras mujeres.
    Perdón una vez más,  esta vez por la baladronada,  pero ante esta situación
(ustedes pueden estar en desacuerdo, desde ya, pero a poco de analizar tendrán que rendirse a la evidencia o al menos pedir un empate), no queda más remedio que producir lighteratura. Insistimos, entre estos productos diet puede residir la obra que mañana alumbre una nueva visión del hombre, pero, entre nosotros, es difícil, muuuy difícil. Además, si fuera así, ¿quién está hoy en condiciones de certificar la novedad?
    Otra cosita: Harold Steiner, nos parece, ¿o era George Bloom? (¡qué cosa con nuestra memoria!) afirmaba lúcida  y didácticamente que “Rimbaud y Mallarmé rompieron el contrato que tenía la palabra con el mundo”, declaración que nos tranquiliza por un lado ante hermetismos humillantes para nosotros durante muchos años de lectura, y, por el otro, nos espolea a la ocurrencia: ¡Oia, ¿y si N, M & W, Lighteratura restituyen el contrato, lo proponen a quien le convenga y encima facturan honorarios por hacerlo más o menos bien?!
    En fin: creemos que estos temas dan para mucho, pero en principio la petit empresa Narrárez, Mitone y Written** decidió pasar a la acción literaria de la siguiente manera:
   -El primer paso ya lo mencionamos: restitución del contrato de la palabra con el mundo (a Steiner o al otro scholar deberíamos darle una cometa por sugerirnos la idea).
  -El segundo, que tiene puntos de contacto con el  anterior, es el desechar el terror al teórico. Ojo , que no estamos hablando del que es meramente crítico. No, hablamos de los teóricos de prestigio que también escriben ficción, o viceversa. Muchos buenos escritores han muerto aplastados por el terror de su sombra. Solución: ni siquiera hay que oponérseles intelectualmente. Una posibilidad es ignorarlos. La otra (qué feo lo que vamos a decir) es contratar a un par de barrabravas de Chacarita, pongamos, y hacer que al teórico escritor lo caguen bien pero bien cagado  a palos.
   -El tercero  -fundamental- es  imprescindible  no  tener  estilo***.  Pero lo nuestro no es un capricho ansioso de originalidad o rupturismo (ay, qué fea palabra), ¡no, señor! Nosotros esgrimimos una flor de  razón: si el hombre de hoy es un ser fragmentado, si el cataclismo del que hablamos en el primer párrafo nos despedaza, entonces tener un estilo, ser reconocible (aparte de una antigüedad, un rasgo casi kitsch y una fatuidad) es un despropósito total.
     -El cuarto: tratar de no escribir mal, pero tampoco muy bien. El mot juste -como decía Gustavito-, asistido además por una prosa tersa,  es de mariquitas. ¡Guarda! No estamos discriminando, no estamos hablando de sexualidad, no estamos zahiriendo a homosexuales. Estamos hablando de actitud frente al mundo; quizás deberíamos decir remilgones,  mantequitas, pusilánimes decoradores de páginas, buscadores de belleza donde no la hay.  Sostenemos que el escritor tiene que hacer el amor,  no masturbarse. Esto está clarito, ¿no?
     -El quinto: los personajes no pueden ser profundos, sólidos, coherentes, porque no hay personas así, y si las hay son aburridísimas o ya fueron, como dicen los muchachos ahora. Recordemos -no queremos ser pesados- que el hombre moderno está afrontando un cambio de reglas fenomenal en sus paisajes exterior e interior y  un personaje sólo tiene hondura cuando su interioridad se enfrenta a reglas claras; pero si son cambiantes, si vale todo, el tipo puede salir para cualquier lado y no hay conflicto (cuando los tres nos tomamos unos fernets de más, nos decimos que éste es, sin duda, el principal argumento para que no haya otra cosa que lighteratura).
   En próximas entregas seguiremos desgranando (a Narrárez le gustaba más desarrollando, y a Written,  fatigando, pero a la suegra de Mitone le gustó el que quedó) este tema tan peliagudo. Hasta pronto.
*esta pregunta es también aplicable a todas las demás artes.
** sus socios siguen actuando, pero  individualmente y en forma algo errática
*** si alguien lo ha dicho y se lo quiere atribuir, ¡ya nos veremos en la justicia!






Presentación


Decía Oscar Wilde que un poco de sinceridad es muy peligroso, pero la sinceridad absoluta es fatal. A pesar de eso aquí va esta petit historia de tres okupas literarios.

Narrárez, Mitone y Written quizá se conocieron en los claustros académicos (los imaginamos estudiantes crónicos, diletantes de medio pelo), o en algún taller literario sin punteros ni vocación gremial, o acaso en las borracherías ilustradas de Palermo o Almagro.
Rápidamente formaron una asociación casi ilícita: Narrárez, Mitone y Written, Lighteratura SA (en breve daremos noticias de esta pequeña compañía).

Narrárez es puro corazón, para bien y para mal. Será el director de la sección “¡Quieren asesinar a Marta Dokama!”

Mitone es más genitalidad que otra cosa, lo que no quiere decir que sea un boludo.
Tendrá a su cargo la futura sección El rincón algo burdo.

Written tiene sus emociones y también su genitalidad, pero es más meloneo que otra cosa. Además de la autoría de alguna sección, será quien coordine el blog. Y es ─quizás lo más importante─ una especie de médium que recibe la voz del maestro.

Gracias. Hasta pronto.